Líderes empresariales y sindicales piden a los miembros del G20 que apuesten por políticas que promuevan el crecimiento y el trabajo decente

Miembros del B20 y del L20 publican una declaración conjunta dirigida a los líderes del G20 con motivo de la Reunión de Ministros de Empleo y Trabajo en Bali (Indonesia).

En estos tiempos de gran incertidumbre, en los que el mundo aún combate la pandemia y sus efectos económicos, laborales y sociales, la recuperación se está viendo ralentizada por el crecimiento de las tensiones políticas, de los precios de los alimentos y de la energía y de la inestabilidad económica. Las megatendencias de la descarbonización y la digitalización siguen transformando los mercados de trabajo, las economías y las sociedades.

Ha llegado la hora de que el G20 demuestre su valía y garantice un impacto real a escala nacional e internacional. Desde el B20 y el L20, exhortamos al G20 a que centre sus esfuerzos en diseñar, promover y aplicar políticas destinadas a generar un crecimiento económico basado en la justicia social, en el empleo productivo y decente y en la transición justa.

Durante demasiado tiempo, el G20 no ha implantado de manera adecuada a escala nacional los compromisos contraídos en su propio foro. Asimismo, pocas veces se cuenta con los interlocutores sociales del G20 para aplicar sus compromisos. Instamos al G20 a que reavive este proceso y a convertirse en motor de cambio.

En respuesta a la pandemia, Gobiernos, empleadores y trabajadores se comprometieron en la Conferencia Internacional del Trabajo de 2021 a centrar sus esfuerzos en tres ámbitos:

  • El trabajo decente y el empleo pleno, productivo y libremente elegido.
  • La sostenibilidad de las empresas y de los ingresos.
  • La igualdad de género y la no discriminación.

Se ha de responder con urgencia a este llamamiento mundial a la acción para una recuperación centrada en las personas inclusiva, sostenible y resiliente. En este contexto, el G20 desempeña un papel fundamental.

Desde el B20 y el L20, queremos enfatizar la necesidad de:

  1. Abordar la crisis alimentaria, habida cuenta de los efectos que tiene la inseguridad alimentaria en el mundo del trabajo, tales como la prevalencia del trabajo infantil. En 2021, 828 millones de personas fueron víctimas del hambre y, si no actuamos de manera inmediata a escala internacional, esta cifra aumentará en 2022.
  1. Reforzar la estabilidad económica y hacer frente a los niveles abrumadores de deuda a los que se enfrentan muchos países en desarrollo, pues el incumplimiento de la deuda repercute sobre los trabajadores y las empresas.
  1. Acelerar la transición justa en aras de unas economías y sociedades ambientalmente sostenibles. Esto pasa por diseñar estrategias nacionales y políticas del trabajo destinadas a generar empleo, promover el desarrollo, apoyar a las empresas, desarrollar las competencias y garantizar la protección social.
  1. Fortalecer los mercados de trabajo inclusivos y eficaces y los empleos de calidad, así como garantizar que propicien el trabajo decente, la innovación y el espíritu empresarial.
  1. Garantizar el respeto, la promoción y la consecución de los principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT.
  1. Implantar políticas para garantizar un salario adecuado, justo y no discriminatorio y mecanismos de ajustes de los salarios de conformidad con la legislación y la práctica nacionales, estableciendo salarios mínimos adecuados y apoyando la negociación colectiva y la cooperación tripartita a todos los niveles.
  1. Adoptar medidas que garanticen una transición inclusiva hacia una economía digital, que genere oportunidades de empleo y beneficios para todos, trabajo decente para los trabajadores de la economía de plataformas y una transición exitosa para las pymes. La Reunión de expertos sobre el trabajo decente en la economía de plataformas que celebrará la OIT en octubre de 2022 ofrecerá importantes orientaciones en esta materia.
  1. Invertir en la calidad y accesibilidad de los servicios públicos de salud, cuidados, educación, transporte y otros servicios públicos.
  1. Reforzar la inversión pública y privada en el desarrollo de competencias de calidad y en el aprendizaje permanente, así como garantizar que los resultados del aprendizaje satisfagan las necesidades del mercado de trabajo, de la política laboral y de la transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles. La participación de los interlocutores sociales en la gobernanza de estos sistemas es fundamental para garantizar que estén actualizados y que respondan a las cambiantes necesidades en materia de competencias.
  1. Primar la transición del trabajo informal a al trabajo formal en la formulación de políticas nacionales, disponiendo marcos legislativos y normativos adecuados, generando un entorno propicio para las empresas y la inversión y garantizando que existe un sistema adecuado para el registro de las empresas y los trabajadores.
  1. Consolidar los regímenes de protección social adecuados y sostenibles para garantizar que los trabajadores que lo necesiten tengan acceso a sistemas de apoyo y a políticas activas del mercado de trabajo, así como aplicar los Principios políticos del G20 para garantizar el acceso a una protección social adecuada para todos en un mundo del trabajo cambiante de 2021.
  1. Aprovechar el progreso tecnológico y la digitalización, incluyendo el trabajo en plataformas, para generar trabajo decente y empresas sostenibles, permitir que sus beneficios alcancen a más población y abordar sus efectos adversos, riesgos y desafíos, así como reducir la brecha digital entre países y dentro de estos.
  1. Aplicar un programa transformador en pro de la igualdad, la diversidad y la inclusión en los sectores público y privado. Se debe lograr objetivo de Brisbane de reducir en un 25 % la brecha de género en la tasa de participación en la fuerza de trabajo antes de 2025, con el objetivo de incorporar a 100 millones de mujeres al mercado de trabajo. Apoyamos la Hoja de ruta 2021 para lograr más empleos, mejores y de igual remuneración para las mujeres y pedimos a los Gobiernos del G20 que la apliquen.
  1. Generar un entorno propicio para el espíritu empresarial y las empresas sostenibles y potenciar la productividad mediante estrategias de diversificación y políticas de trabajo y de innovación. El Plan de Acción sobre el Espíritu Empresarial del G20 puede desempeñar un papel muy importante en este sentido.
  1. Promover el diálogo social a la hora de ejecutar los compromisos asumidos por el G20.

El B20, el L20 y nuestros miembros estamos comprometidos a apoyar el proceso del G20 para garantizar un impacto a largo plazo sobre el terreno. Es evidente que precisamos una cooperación estrecha para poder conseguir crecimiento económico y trabajo decente. Hagamos que así sea.

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